¿Cuál es tu mayor debilidad/defecto?
Hay dos
cosas que se ponen en juego con esta pregunta. La primera es medir la
honestidad y capacidad de admitir errores, por otra parte se evalúan rasgos
personales que podrían preocuparle al empleador.
Aquí no
hay respuesta correcta, decir que no tenemos defectos sonaría falso, ya que
todos tenemos puntos flacos, pero tampoco es necesario dar información de más.
Algo que recomiendan los expertos es mencionar nuestro defecto seguido por
alguna medida positiva que estamos tomando para erradicarlo.
¿Por qué estás buscando
trabajo?/¿Por qué dejaste tu empleo anterior?
El
secreto de esta pregunta es la diplomacia. Si hablas de manera negativa de la
empresa, jefe o compañeros de tu anterior empleo darás una mala impresión,
aunque tengas razón en tus juicios.
Es una
gran error llegar a quejarse de lo mal que te tratan/trataron en tu ex empresa
con el reclutador. Mejor enfócate en las nuevas metas que buscas alcanzar y en
los retos que esperas de un nuevo empleo.
Habla
sobre superación y crecimiento, no sobre insatisfacción. No es malo mencionar
que te sientes estancado o que no crees tener más oportunidades en tu actual
empresa, pero siempre resaltando tu deseo de avanzar.
¿Cuáles son tus pretensiones
salariales?
La
pregunta del dinero se colará tarde o temprano en la conversación. Es un tema
delicado en el que debes ser puntual y haber analizado posibles escenarios
antes de la entrevista.
Muchas
empresas ofrecen un rango posible de salario, de ser así toma en cuenta tu
salario actual y calcula una cifra que te parezca justa. También es importante
investigar cuánto están pagando en puestos similares dentro de tu ramo para
saber si la propuesta es razonable.
¿Por qué no has durado en tus
anteriores trabajos?
Haber
tenido varios empleos en un periodo corto de tiempo puede significar
inestabilidad para los reclutadores, en general a una empresa le interesa
contratar empleados que se queden con ellos por un buen tiempo, ¡la rotación de
personal siempre significa pérdidas!
La clave
es hablar sobre las aportaciones que lograste hacer a cada empleo en ese corto
tiempo y las habilidades o funciones diversas que desempeñaste. Este punto se
puede tornar positivo si hablas de tu habilidad para adaptarte y para aprender
cosas nuevas.
¿Cómo manejas el estrés?
Para
muchas empresas y para muchos puestos es importante un candidato capaz de atender
un número importante de actividades de manera simultánea. En otros empleos,
como las ventas, se requiere gente que tolere la frustración.
En esta
pregunta es importante dejar claro que se tiene la capacidad para realizar las
actividades que demanda el puesto, y que el estrés y la presión son elementos
del ambiente laboral para los que estás preparado. Por supuesto debes ser
honesto y entender las demandas del puesto para el que te has postulado, para
que esta afirmación no sea un engaño al reclutador más adelante.
Conoce
más sobre cómo manejar el estrés laboral.
Háblame de ti
Tal vez
esta sea una de las preguntas más comunes que los reclutadores hacen para
incentivar el diálogo con el candidato. No todas las respuestas son
favorecedoras y debes preparar con anticipación un discurso inteligente que te
describa más ampliamente ¡como empleado!
Omite la
información personal en esta pregunta, concéntrate en tu “yo profesional”, qué
tipo de empleado eres, qué puedes aportar a una empresa, por qué te puedes
convertir en un elemento valioso, entre otras, son las preguntas que debes
responder.
¿Por qué deberíamos contratarte a ti
y no a otros candidatos?
Es el
momento de venderte. Concéntrate en los puntos fuertes de tu currículum. No
seas modesto. ¿Tomaste un curso o diplomado? ¡Menciónalo! Las empresas están en
busca de gente que esté más capacitada y tener conocimientos adicionales puede
hacer la diferencia.
Es tu
oportunidad de destacar las mejores armas de tu perfil que se amolden con lo
que está buscando el reclutador, además de demostrar que estás muy actualizado
respecto a los conocimientos y habilidades que el área y puesto requiere